REFUGIADOS
Hasta dónde es capaz de llegar la hipocresía occidental. Llega la navidad. Esta cruenta fecha en la que todos debemos parecer iguales. Todos generosos, bondadosos, pacíficos. Entregamos un bote de garbanzos al banco de alimentos y parece que así obtengamos la redención y el perdón de nuestros pecados. Compraremos regalos a los amigos invisibles, que no así a los visibles. Volveremos a despilfarrar como nunca, a regalar inutilidades varias y a pegarnos comilonas por doquier. Comidas con amigos, de empresa, familiares... las que surjan. Nos haremos selfies que subiremos a facebook, nos enviaremos whasapps deseando felices fiestas a primos, amigos y demás. Ya no hace falta ni hablar. Todo parecerá que funciona a la perfección, que le mundo gira a nuestro alrededor, que no nos falta de nada, que lo pobres lo son porque quieren, que lo refugiados los son porque quieren,Continuará...